1. Pisco sour
Comenzamos con esta bebida que va a encontrar en casi cualquier lugar del país y cuyo origen todavía es un tema polémico con sus vecinos de Chile.
Fuente: RPP
El pisco sour es un cóctel que se prepara con aguardiente de uvas, limón, jarabe de goma, clara de huevo y hielo, por lo que es muy refrescante e ideal para las noches. Según algunos historiadores, se creó hace casi 100 años en el Morri´s Bar en el centro de Lima, y desde allí se popularizó hacia ambos países. En la actualidad, las tiendas de licores venden variedades de pisco de sabores e incluso las botellas incluyen sobres con la mezcla lista para preparar el cóctel en casa, así que este puede ser un muy buen regalo para llevar a casa. Si viaja a Perú en julio, el cuarto domingo del mes puede disfrutar del Día del Pisco y degustar diferentes preparaciones en cientos de bares y restaurantes, mientras saborea las más deliciosas picaditas peruanas.
2. Chicha morada
Uno de los ingredientes que más caracteriza a las culturas de los Andes es el maíz, y ha sido tan importante su domesticación y uso, que hasta se preparan bebidas tradicionales que siguen siendo la base de la dieta de muchas familias y comunidades.
Fuente: Mamás latinas
La chicha morada es otro ejemplar de la gastronomía peruana que encontrará a lo largo de todo el país y, como su nombre lo indica, se prepara con una especie particular de maíz: el morado. A la cocción del grano se le agrega cáscara de piña, clavo, canela y otros ingredientes (según el sabor que se le quiera dar) y luego se deja enfriar para tomarlo como refresco. Lo mejor de todo es que tiene propiedades antioxidantes, anti cancerígenas, antiinflamatorias, entre otros beneficios, por lo que no le vendrá nada mal tomar un vaso al día de esta deliciosa bebida.
3. Mate de coca
Una taza caliente de mate de coca es la mejor bienvenida que un viajero puede recibir cuando llega a las alturas del Valle Sagrado o del Lago Titicaca.
Fuente: Cristina Bruseghini
Aunque esta planta sufre una estigmatización mundial lamentable, lo cierto es que la hoja de coca ha sido utilizada durante siglos por las culturas andinas y en lugares como Perú, Bolivia y el norte de Argentina, la tradición se mantiene. En los mercados peruanos es muy común encontrar costales llenos de estas pequeñas hojas, con las cuales se prepara una infusión ligera y llena de propiedades energéticas. Entre algunos de sus beneficios, está el de curar el mal de altura, los dolores de cabeza y el cansancio o fatiga. Tiene un sabor un poco amargo, así que puede complementarla con miel y limón mientras se va acostumbrando. Una vez que lo haga y entienda las bondades de la planta de coca, entenderá también el por qué de la lucha de los pueblos indígenas por defender su derecho a cultivarla y conservarla como parte de su cultura. Existe una marca que comercializa el mate en bolsitas de té, así que puede llevarlo consigo a cualquier otro destino.
4. Inca Kola
Es bastante raro que dentro de una lista de bebidas tradicionales se encuentre una gaseosa, pero en Perú el consumo de Inca Kola es tan generalizado, que no podemos ignorarlo.
Fuente: La República
De hecho, no se sorprenda si en cada restaurante, cafetería o establecimiento de comidas le ofrecen una Inca Kola para acompañar su plato, ya que este es uno de los dos únicos países del mundo donde la gaseosa más vendida es la nacional. Su sabor es bastante particular, dulce y se caracteriza por tener un aroma a hierba luisa, aunque lo que más llama la atención es su color amarillo dorado, que hace referencia a la cultura inca, sus riquezas y adoración al sol. Lo mejor es que la tome bien fría y disfrute hasta la última gota. Si le queda gustando, es una de las pocas gaseosas locales que se puede encontrar en otros países del mundo.
5. Chicha de jora
A estas alturas ya deberá imaginarse que esta bebida también está hecha a base de maíz, pero en este caso el proceso requiere de varios días de fermentación.
Fuente: En Lima
Su consumo data de la época preincaica y se ha mantenido hasta la actualidad como una costumbre muy arraigada en casi todo el país, menos en la selva donde la chicha se hace con yuca y el proceso es diferente. En este caso, se utiliza maíz de jora, azúcar o panela, y el proceso es bastante largo y dedicado; tan así que prepararla puede tomar un día entero. Una vez que está lista se deja fermentar por varios días y se consume fría. Mientras más largo el período de espera, más grado de alcohol tiene, así que si está de ánimo fiestero lo mejor es que pida una bien fuerte. Su sabor dulce la hace muy agradable al gusto y, aunque se sienta un poco pesada, cuenta con un alto nivel de probióticos que ayudan a la flora intestinal
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